Una vez más nos reunimos un@s cuantos a una nueva quedada. Bien prontito y con una buena heladita nos dirigimos a nuestra ruta prevista, el Puente Rojadillo. Tomados los coches en el punto de encuentro en Aguilar y nos dirigimos por la carretera que va hacía Barruelo.

La ruta en coche llegó poco más allá de Valberzoso, y una vez aparcamos, continuamos a pie, pero pronto cogimos un atajo y pasamos de la ruta conocida, para adentrarnos por donde pacen las vacas, que de campo saben lo suyo. Campo a través nos dirigimos por un caminito desde donde podíamos ver las tierras blancas por la helada, un paisaje que contrataba con la salida del sol que aparecía al fondo por encima de las nubes y que tímidamente dejaban ver las montañas rodeadas de niebla.

Andandito y a buen paso, en unos 20 minutos nos encontramos con el puente, la belleza de este se veía aumentada por el bosque que le rodea.  Robles, hayas, avellanos, y acebos, estaban de lo más colorid; dorados, rojos, marrones y verdes, se reflejaban en las cristalinas aguas del rio Camesa, escaso de agua, pero no por ello menos bello, aguas frescas y alguna dio fe de ello, jijiji…

Sacamos las primeras fotos del puente, y con ellas las primeras lecciones a las novatas, manejo de la cámara réflex, ajustar los parámetros para conseguir el efecto seda en el agua, y… bueno con logros y disgustos, se hizo lo que se pudo, pero dio sus frutos.

Después nos desperdigamos por todo el bosque, recorriendo el Camesa rio arriba y entre risas y fotos, pasamos la mañana. Fue una gozada, un disfrute, y os aseguro que nuevamente una maravilla de ruta en muy buena compañía. Con esto os animo a no descuidaros en la próxima salida que os aseguro, ¡promete!

Texto y fotos de Mariol